Idea Libertaria

Otra economía es necesaria

Esta economía no puede parar. El capitalismo necesita un aumento continuo de su producción para seguir saciando el hambre de dividendos de aquellos que controlan el capital del mundo. Durante esta pandemia, los bancos han seguido teniendo unos beneficios astronómicos, e incluso han aprovechado para aumentar su provisión de fondos en vistas a un nuevo repunte de la economía cuando esta situación pase, olvidando por completo las muertes y el hambre que están dejando a su paso.

Lo que es una tragedia humanitaria a nivel mundial se lo están tomando como un pulso entre las grandes fuerzas macroeconómicas, en nuestro caso denostando la economía china respecto a la de nuestros supuestos aliados europeos y nuestro amo norteamericano. Distinto collar, pero los mismos perros.

Pero sus ansias de riqueza conllevan nuestras penurias. Para que ellos sigan aumentando sus beneficios, nosotros vemos mermada cada vez más nuestra calidad de vida. Es una simple cuestión matemática, hay unos recursos limitados y, si hay personas que los acumulan, no habrá para todos. Si a esto le añadimos que para que siga funcionando su chiringuito consumista y maximizar sus beneficios debe producirse cada vez más, el desperdicio de recursos es inevitable y, por tanto el colapso del Planeta.

Nos venden la legendaria imagen del empresario que se ha hecho a sí mismo. ¿Alguien de verdad se sigue creyendo que vivimos en un mundo en el que te puedes hacer rico trabajando honradamente?. La realidad es que nadie se hace rico por ser más inteligente o trabajar más que otro, los dueños del mundo lo son porque su riqueza y su poder son heredados o por tener buenos amigos y ser el rey de los chanchullos. Ser emprendedor sin dinero supone endeudarse de por vida y pasar de ser explotado por la empresa a auto explotarse por las deudas bancarias, salvo contadas excepciones.

Para que una empresa funcione no necesita un jefe, igual que para que el mundo funcione no necesita líderes. Solo necesita personas que produzcan, que administren, que repartan y que coordinen para que la población tenga en todo momento cubiertas sus necesidades. Un jefe solo es jefe porque las circunstancias han propiciado que sea el dueño de los medios de producción. Pero la historia ha demostrado en numerosas ocasiones que cuando los trabajadores han tenido la posibilidad de controlar sus medios de producción, los resultados han sido mucho mejores.

La asamblea del centro de trabajo ha resultado ser la forma más eficiente en la gestión de cada área productiva, tomando todas las decisiones en conjunto y siempre tendiendo al consenso. Es normal, porque los beneficios desperdiciados en la opulencia del dueño, se reinvierten en la mejora de las instalaciones y procesos, así como en el bienestar de toda la plantilla. Cuando se ha conseguido que todo el sistema productivo funcione de esta manera y bien coordinado, los beneficios para la comunidad han sido incalculables.

Pero, ¿cómo podemos hacernos con esos medios de producción?. En ocasiones, las fábricas han sido abandonadas por sus dueños y la gestión ha pasado a la plantilla, otras contadas veces los empleados han aprovechado la quiebra empresarial y se han hecho con el control, siempre con el beneplácito del estado. Actualmente, son varios los proyectos que están comenzando a funcionar desde cero de manera asamblearia y equitativa, estableciendo vínculos entre productores y consumidores sin intermediarios capitalistas, como la Cooperativa Integral Catalana, la Colectividad de Bienes y Tiempo de CNT Ciudad Real, Som Energia, la recuperación de algunos pueblos abandonados…Todos estos proyectos están poco a poco dotándose de infraestructuras propias, gracias al cambio de mentalidad de sus integrantes. Como consumidores también debemos ser conscientes de dónde gastamos nuestro dinero e intentar que se invierta en proyectos más justos en lugar de fomentar la explotación capitalista.
Y, sobre todo, debemos hacer de este cambio nuestro objetivo prioritario de vida, no cayendo en las innumerables distracciones que hábilmente nos proporciona este sistema.

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